viernes, 31 de julio de 2009

Si los pavos hicieran vigilancia tecnológica, ¿adivinarían cuándo cae Acción de Gracias?

Quizás, lo que aquí van a poder leer les resultará obvio. Es lo que tiene esto de la innovación: Que hablando de cuestiones relacionadas con ella, no siempre se es innovador y se vuelve a andar sobre lugares comunes. En todo caso, quisiera comentar algo, espero no aburrirles.

Les contaré una historia que leí en el libro El Cisne Negro, del ensayista Nassim Nicholas Taleb. No recuerdo bien todos los detalles, así que los reinterpretaré como me permita la memoria y añadiré detalles según dicte mi imaginación.

Un día, un pavo vio morir a otro pavo. Ambos pavos habitaban un corral desde hacía unos meses y nunca habían tenido motivos para preocuparse. Sin embargo, un buen día, uno de los pavos fue sacrificado y el otro supo que algo no iba bien. A partir de ese día, el superviviente sintió un miedo atroz. No se fiaba ni de su sombra. Pasaban los días y cada vez que el ser humano le echaba comida y le llenaba el bebedero de agua, él sentía un sudor frío (el que imagino que sentiría un pavo).

Pero pasaron las semanas y el humano le visitaba cada día, a la misma hora, y le ponía comida y le llenaba el bebedero de agua. Nunca hacía nada más. El tiempo pasaba y el pavo se iba relajando por fin. De hecho, llegó un punto en el que el pavo volvió a confiar en el humano y agradecía el momento en que llegaba con comida y agua. La rutina generó tal confianza que, a cada día que pasaba, el pavo se sentía más contento.

Pasaron 364 días desde el fatal incidente. El pavo se sentía el rey del mundo y tenía una total confianza en su futuro. Incluso se permitía fantasear con lo que haría si pudiese salir del corral, cosa en la que confiaba, pues el ser humano era bueno. Al día siguiente, se escuchaba en la lejanía "¡feliz día de Acción de Gracias!", mensaje que el pavo no conseguía entender, pues los humanos solo emitían sonidos inconexos. Al rato, el pavo tuvo que enfrentarse a su propio y fatal destino.

El autor quería con esto decir una cosa: los hechos futuros más inimaginables, esos que nadie se aventura a vaticinar, pueden ser los que mayor influencia ejercen sobre el destino, y no los hechos futuros predecibles. Es más, incluso cuando en el pasado se han experimentado sucesos fuera de lo normal y con un graves consecuencias, se olvidan y se entiende que no volverá a suceder nada parecido, pues lo normal es que no pase nada extraordinario.

El pavo se creó en su cabeza una gráfica lineal que decía "a cada día que pasa, mayor confirmación tengo de mi seguridad". Después de 364 días, cualquier hecho aterrador quedaba lejos, se creó una rutina que, a su vez, creó un ambiente de confianza que se confirmaba a cada momento que pasaba, de manera que la seguridad aumentaba conforme pasaba el tiempo.

La realidad, sin embargo, rompe esas gráficas lineales de cuando en cuando de forma abrupta, por lo que constatamos un hecho: No se puede predecir el futuro. Añado, no se puede realizar prospectiva basándonos en tendencias observadas en el presente (y teniendo en cuenta el pasado). Es curioso decir esto, porque la mayoría de las personas te pueden decir que no creen en adivinos y brujas, pero sí creen lo que pueda decir un economista experto o un científico del más alto nivel sobre el futuro que se nos avecina.

Esto, como técnico en vigilancia tecnológica, me deja en mal lugar, pues juego un poco a predecir el futuro. La vigilancia tecnológica permite estudiar tendencias actuales, hacer sesudos informes del estado de determinada tecnología, si se trata de una tecnología madura, si está en declive o en auge... y todo eso es útil para hacerse una idea de cómo está el patio, hablando en plata, pero se suelen acuñar algunos términos complementarios a la vigilancia tecnológica para darle una utilidad real.

Un ejemplo. La empresa X está interesada en invertir en la tecnología Y. Mediante un análisis de vigilancia tecnológica se puede saber qué opciones hay dentro del sector de la tecnología Y, qué otras empresas son punteras en Y, qué investigadores saben más sobre Y, qué pasa en el mundo con respecto a Y... pero para saber si conviene finalmente invertir en Y hay que realizar algunos análisis más, lo que se entiende por inteligencia competitiva, para establecer relaciones entre los diferentes fragmentos de información, ver tendencias y, en cierto modo, prever de alguna manera qué puede suceder con Y en un futuro más o menos inmediato, pues puede suceder que se haya detectado una tecnología sustitutiva Z que suponga una competencia fuerte. En definitiva, el aspecto práctico de todo este batiburrillo de información es llegar a una serie de conclusiones del tipo "invierta usted en Y, y contacte usted con Fulanito S.A. porque esto y lo otro...".

En todo este conglomerado de procesos, he hecho referencia a uno de soslayo, aunque no lo he nombrado. Se trata de la prospectiva. O dicho de otro modo, se trata de vaticinar, de alguna manera, cómo estará el sector Y dentro de un tiempo. Esta herramienta es de las más potentes cuando se pretende establecer una estrategia en la empresa X. Se podría decir que, si la prospectiva está bien hecha, es la mejor manera de mirar una bola de cristal, pues resulta bastante precisa. Y aquí viene la trampa. No podemos pretender, por muchos premios Nobel que tengan los expertos a los que consultemos, que lo que digan sobre el estado de Y dentro de 15 años se cumpla a rajatabla. Una persona realmente inteligente verá tendencias y ciertas referencias, pero en general todos tendemos a ver grandes verdades absolutas, aunque sea de forma inconsciente.

¿Debemos desmontar los informes de prospectiva que puedan facilitarnos los servicios de vigilancia tecnológica? No necesariamente. Como el propio Taleb comenta en el libro antes mencionado, al saber que el futuro es impredecible lo que podemos hacer es estar preparados para ello y ser flexibles... e imaginativos, diría yo.

Cuando Ridley Scott empezó a preparar el rodaje de su película Alien, el 8º Pasajero, dicen que hizo proyectar películas de ciencia ficción y del espacio a su equipo. Les puso películas como La Guerra de Las Galaxias o 2001, Una Odisea en el Espacio. En cuanto terminaron, dijo algo así como "tengan todo esto presente para NO hacerlo".

Si lo traducimos a los términos en los que hablamos en este post, diremos que Ridley Scott hizo una labor de vigilancia tecnológica al recopilar todas esas películas, sacó una serie de conclusiones al estilo de la inteligencia competitiva ("las películas del espacio son luminosas, las naves están limpias"). Y es probable que hiciera labores de prospectiva: "la tendencia futura es hacer películas como la Guerra de Las Galaxias, con naves espectacularmente brillantes e impolutas y luchas entre el bien y el mal". ¿Qué es lo que hizo? ¿Actuó como esperamos que se comportase el empresario X, cuya intención al invertir en Y era estar dos pasos por delante de la competencia del sector Y (en definitiva, hacer una película con esas características, pero con alguna modificación), o realizó una película según los patrones de W (es decir, hacer algo totalmente diferente)?

En este caso, la prospectiva dictó el camino que NO se debía seguir. Y tuvo bastante éxito, pues marcó la tendencia de los siguientes años (lustros, diría yo), con películas ambientadas en un espacio futurista oscuro, mugriento, tenebroso, en donde los personajes se preocupan por cosas tan nobles como recibir su salario sin preocuparse por nada más.

Quizás, las labores de vigilancia tecnológica marquen dos rumbos: el predecible, que puede situar a la entidad varios pasos por delante de la competencia en un entorno controlable, o el impredecible, en el que la entidad recurrirá a la imaginación para que nadie le corte la cabeza el día de Acción de Gracias.

Artemis Rivero González
técnico en vigilancia tecnológica en la FULP

jueves, 16 de julio de 2009

Mercadillo Tecnológico Provincial en Las Palmas

Desde la Unidad de Promoción de la Innovación, junto con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, estamos organizando un Mercadillo Tecnológico con el objetivo de promover la Transferencia de Tecnología desde la Universidad hacia la empresa. La idea es que los grupos de investigación de la universidad den a conocer sus líneas de investigación, pero también, que hablen de servicios que pueden ofrecer a las empresas, así como equipamiento de los que disponen, posibles tecnologías a desarrollar con empresas, patentes, etc..

No es una tarea fácil reunir a investigadores y empresarios, y menos durante el mes de julio. Estamos inmersos (todos, empresarios, investigadores, y demás agentes del sistema de I+D+i) en la enorme carga de trabajo que desarrollamos día tras día, y buscar un hueco para atender a nuevos retos resulta díficil. Pero señores, como dice un compañero, coca-cola empezó vendiendo "par de botellas".

Es por ello que promovemos este tipo de encuentros, para potenciar el nacimiento de nuevos proyectos universidad-empresa, y para que éstos entren a formar parte de nuestro día a día.

Pues bien, estos son los investigadores y grupos de investigación que se han animado a participar:


- Grupo de Análisis Químico Medioambiental

- Ángel Sosa González (Planta Piloto de Alimentos)

- Grupo de Ingeniería Ambiental y Energética

- Instituto Universitario de Sistemas Inteligentes y Aplicaciones Numéricas en Ingeniería

- Grupo de Investigación ECOMAS (Economía, medio ambiente y desarrollo sostenible)


Pueden ver el Programa en ReDinamiza.



Mireia Aguilera Rodà, Gestora de Proyectos de I+D+i. Unidad de Promoción de la Innovación