viernes, 19 de febrero de 2010

Buzz vs. Twitter: El significado de "valor" es tan relativo...

Últimamente he visto nacer algunos productos que me tienen bastante desconcertado. Se trata de productos con un punto de innovación, muy bien vendidos por las empresas que los han traído a este mundo, pero... no les veo la utilidad. Y, aún así, me planteo "¿debería usarlos?".

Por poner al lector un poco en antecedentes, hace poco pude escuchar la siguiente pregunta "si yo ya uso iGoogle o Google Reader, ¿qué me aporta de nuevo Netvibes?". En ese caso, las ventajas de usar un servicio u otro me parece que pasarían a ser una cuestión muy subjetiva. A unos les encanta iGoggle, a otros Netvibes... yo uso Google Reader, aunque no sea exactamente lo mismo (bueno, ni de lejos), pero por el tipo de trabajo que realizo me resulta más útil. Y ahí está la cuestión, la utilidad que cada cual le encuentre a cada producto. Por eso, usas uno, conoces un poco el resto y ya está, no hace falta que uses simultáneamente varios para cubrir tus necesidades.

Podemos encontrarnos casos análogos -miles, en una sociedad de consumo tan competitiva-. Hay muchos modelos de coche en el mercado, pero solo uso uno para ir al trabajo, para hacer la compra y para ir de paseo. Pero esa visión también depende del usuario, hay quien usa un coche para moverse por la ciudad y otro para ir de paseo al campo.

Hace poco Apple presentó su ya famoso iPad. Un producto que, viéndolo así por encima y obviando sus (¿intencionadas?) carencias, parece ser un punto de inflexión en el consumo de dispositivos informáticos. Eso, según la manera en que lo vende su empresa madre, porque tablets ya han existido antes de este -y habrá más en el futuro-, pero este tiene esa cosa "chic" de ser Apple y, en cierto modo, sucesor del iPhone y el iTouch, que tanto éxito han tenido. ¿Qué éxito podrá tener el iPad? Es probable que bastante. Todo dependerá de si consigue conectar con un determinado perfil de usuario. Si yo, que también tengo un perfil de usuario determinado, analizo este nuevo "cacharro", ¿qué es lo que veo? que me permite navegar por la web de forma intuitiva gracias a su pantalla multitáctil, leer ebooks, escribir algún documento de texto y llevármelo a donde quiera. Desde mi punto de vista, a veces un poco simple y troglodita, eso es lo mismo que hace un netbook -que, encima, es multitarea, tiene USB y ese tipo de cosas que el nuevo gadget de Apple no tiene-. Dicen que es una nueva experiencia, nada comparable al netbook, porque se navega con los dedos sobre la pantalla, todo es muy intuitivo y permite leer ebooks. En cuanto a lo primero, ¿y si a mí me da igual el poder navegar con pantalla multitáctil o no? Mi necesidad básica es poder meterme en internet y trabajar con archivos de distintos tipos, eso lo cubre hasta un ordenador portátil normal e incluso un móvil de última generación. En cuanto a lo segundo, lo de poder leer ebooks, ¿no se supone que la gracia en un lector de ebooks es la tinta electrónica que no daña la vista? El iPad tiene pantalla retroiluminada, ¿no? pues es lo mismo que el netbook. ¿Que es más cómodo? sí, pero tampoco me compro una película en Blu-ray si ya la tengo en DVD, si la mejora en la calidad de visionado no compensa el pastizal que debo soltar por el reproductor de Blu-ray y la propia película.

Esto solo vuelve a ilustrar lo que comentaba al principio, para algunos este dispositivo tendrá mucho valor y para otros no.

¿Y si existe un perfil de usuario que esté "obligado" a usar distintos dispositivos con más o menos la mismas funcionalidades aunque prefiera usar solo uno de ellos? Entiendo que alguien como Enrique Dans deba probar el Nexus One o la Blackberry para estar al día en su campo de estudio. De la misma manera, en las revistas de automoción se prueban todos los modelos de automóvil que existen para dar a conocer a sus lectores sus características técnicas. Y esos periodistas usarán para su uso privado el coche que más les guste y hayan podido costearse.

El caso de las redes sociales podría ser susceptible de introducir a muchos usuarios en estas dinámicas. Yo puedo ser un usuario al que le guste mucho Facebook y no le guste Myspace, por lo que solo tendré un perfil en Facebook. Pero puedo ser alguien interesado, también, en mantener contactos profesionales y conversaciones de alto nivel, por lo que tendré perfiles en Facebook y en LinkedIn. Para mí, las dos redes tendrán utilidad, aunque cada una para un uso distinto. Puedo pertenecer también a una entidad que quiera comunicarse con su público. Y puede ser que tenga entre mi público distintos perfiles de usuario. Pues, en ese caso, para dirigirme a cada perfil usaré una red distinta, independientemente de que al responsable de comunicación de la empresa le guste más una red u otra.

Hace poco apareció Buzz (de Google) y he visto algunas reseñas al respecto. Hay quien, simplemente, redirige las publicaciones de Twitter a Buzz. Esto puede tener su gracia, como he podido leer en una conversación entre Alfonso Alcántara (Yoriento) y algunos de sus contactos,  pero si yo sigo a una serie de contactos en Twitter y sigo a los mismos en Buzz, ¡acabo leyendo dos veces lo mismo! Aparte, por eso de pertenecer a una OTRI y a una unidad de promoción de la innovación, debo estar al día de las nuevas tendencias tecnológicas -en definitiva, aunque no me convenza Buzz, tengo que saber de qué va-. Por todo ello, me considero un usuario con algo así como un "triple perfil" cuando me refiero a herramientas 2.0: quiero "emitir información", por lo que me viene bien tener Twitter y Buzz, tal y como hacen mis contactos; pero también quiero "recibir información", por lo que tener Twitter y Buzz puede acabar saturándome, y tengo que conocer más o menos bien ambas herramientas para ser algo así como el periodista de la revista de automoción.

Ahora, mi pregunta: ¿Alguien ha usado Buzz y le ha encontrado alguna utilidad que no tenga Twitter, más allá de poder comentar entradas con más de 140 caracteres (eso ya lo hago en Facebook)?

Sería bueno iniciar una pequeña conversación al respecto.

Artemis Rivero, técnico en vigilancia tecnológica en la Fundación Universitaria de Las Palmas